2 ene 2012

OBRAS





Término usado en las Escrituras por lo menos en tres diferentes sentidos: las obras de Dios, las de Jesucristo y las del hombre.

1. En el Antiguo Testamento la frase «las obras de Dios» denota a) las cosas que Él hizo o creó (• Creación, Gn 2.2; Sal 8.3, 6; 19.1; 139.14), y b) los hechos maravillosos que realizó (Jos 24.31; Jue 2.7; Sal 46.8; 66.3; 77.11). Estas obras revelan la persona de • Dios: su poder, grandeza, maravillas, sabiduría y bondad. Tenemos el llamado, pues, a recordar sus obras, a meditar en ellas (Sal 77.11, 12; 143.5) y a estar agradecidos por ellas (Sal 105.21, 22).

2. Por sus obras Jesucristo se reveló y comprobó que era el Mesías y el • Hijo de Dios (Mt 11.2–5; Jn 5.36; 10.25). Al vincular sus obras con las del Padre e identificarse así con Él, lo acusaron de blasfemia (Jn 5.17–23). Sus obras pueden producir fe en Él (Jn 10.38; 14.10, 11; 20.30, 31).

3. Las obras del hombre no son capaces de salvarlo, puesto que es Dios el que otorga la salvación, no como recompensa, sino por pura gracia (Ro 41–5; Ef 2.8, 9; Tit 3.5). Sin embargo, las buenas obras son el resultado normal de la redención como lo es el fruto en un árbol. Revelan la actividad divina en el hombre regenerado (Mt 5.16; 7.16–20; Jn 14.12; Gl 5.22, 23; Stg 2.18; 1 P 2.12). Dios ordena que el creyente se ocupe en las buenas obras (Ef 2.10; Tit 3.14; Heb 10.24).

Por otro lado, el hombre incrédulo revela su condición depravada mediante sus malas obras (Jn 3.19; Gl 5.19–21; Ef 5.11).

No hay comentarios: