Casi todos han oído de la estrella de Belén, la señal que Dios puso en los cielos para anunciar el nacimiento de Jesús. Pero muchos ignoran las señales que se observaron en la tierra y el cielo el día de su crucifixión.
Se dice que el mundo entero está lleno de la gloria de Dios… tanto en el resplandor de una puesta de sol como en el bello diseño de las estrellas. Pero, ¿vemos esa gloria en el día de la crucifixión?
Rick Larson, productor del documental “La estrella de Belén” asegura rotundamente que sí. “Jesús mismo dice, 'Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas’. Entonces es válido buscarlas”, asegura Larson.
El investigador dice que Dios le guió a buscar la similitud entre la astronomía, la historia y la Biblia, al detallar la vida de Cristo. El produjo un DVD acerca de la estrella de Belén que muestra cómo los Reyes Magos habrían visto el movimiento de Júpiter y cómo las estrellas y los planetas indicaban el nacimiento de Jesús en junio del año 2 D.C.
Larson demuestra cómo la historia de Semana Santa también se pudo ver en las estrellas.
Cientos de años antes, el profeta Joel predijo lo que Dios decía del viernes santo… “daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre y fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre…”.
“Mientras El estaba en la cruz, se desató el infierno. Hubo terremotos, grandes terremotos que quebraron peñas, porque eso nos dice el Nuevo Testamento. El cielo se oscureció a mediodía. Joel en su visión de este evento habla de grandes nubes de humo que ocultan el sol”, señala Larson.
¿Cómo sabemos que estos eventos fueron reales?
Cincuenta días después de la cruz, en la fiesta de Pentecostés, Pedro cita a Joel y recuerda a los judíos de esas señales asociadas con Jesús, diciendo: “como ustedes mismos saben…”
En segundo lugar, los historiadores antiguos documentaron la oscuridad y los terremotos. Y “luna de sangre” es el término antiguo para un eclipse lunar. El color rojo viene de la luz indirecta que se vuelve roja al pasar por la atmósfera de la tierra.
¿Cómo se entrelazan estos eventos celestiales? De varias maneras, pero Larson descubrió en sus estudios dos de ellos que los testigos en Jerusalén nunca vieron.
Con un programa de computadora Larson muestra los movimientos de las estrellas en el momento preciso de la crucifixión. “Ahora iremos debajo del horizonte, son las 2 de la tarde. Jesús está en la cruz y todavía esta vivo, voy a animar el cielo y no creo que le sorprenda lo que verán. Al morir Jesús en la cruz, la luna es eclipsada.”
El segundo evento también es revelado con modernos programas de astronomía. Si uno estuviera en la luna, en el momento exacto de la muerte de Cristo, vería a la tierra eclipsando al sol, en medio de la constelación Aries, el Carnero, el cordero sacrificial de la Pascua.
Y la noche del viernes santo la gente de Jerusalén podía mirar hacia arriba y ver la constelación de la virgen con la luna de sangre a sus pies.
“La luna ha vuelto a los pies de Virgo, pero ahora es una luna llena, una vida plenamente vivida, ocultada por la sangre”, concluye Larson.
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