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Atender a un cónyuge enfermo puede tener beneficios positivos para el cuidador, ya que, según un estudio de la Universidad de Michigan, las personas mayores que cuidan de su pareja viven más que otras.
El estudio, que se publicará en la revista Pyschological Science, examinó la evolución de 1.688 parejas de ancianos y concluyó que las personas de edad avanzada que pasan por lo menos 14 horas semanales cuidando de un cónyuge incapacitado viven más que otras, informó la Universidad en un comunicado.
Según Stephanie L. Brown, profesora asistente de medicina interna en la Escuela de Medicina de la UM y autora principal del artículo sobre el estudio, estos resultados «muestran que ha llegado el momento de separar el presunto estrés del cuidado a otra persona, del estrés que causa ver que una persona querida sufre».
Para el estudio, Brown y su equipo han revisado siete años de datos del Estudio de Salud y Jubilación que realiza la Universidad, con una muestra representativa de ciudadanos estadounidenses con más de 70 años, y se concentraron en la evolución de 1.688 parejas.
En el comienzo del estudio, los miembros de cada pareja señalaron por separado cuánta ayuda recibía de su cónyuge en una larga lista de actividades cotidianas.
En el curso del estudio murieron 909 personas, aproximadamente el 27 por ciento de la muestra, y tras analizar los datos, los investigadores encontraron que los individuos que daban por lo menos 14 horas semanales de cuidado a sus cónyuges tenían probabilidades significativamente menores de haber muerto durante el período del estudio.
«No sabemos, todavía, exactamente cómo la motivación y la conducta de quien brinda cuidado pueda influir su salud, pero bien podría ser que la ayuda a otra persona, especialmente una muy querida, alivie algunos de los efectos dañinos del estrés de ver que esa persona sufre», señaló Brown.
Según Stephanie L. Brown, profesora asistente de medicina interna en la Escuela de Medicina de la UM y autora principal del artículo sobre el estudio, estos resultados «muestran que ha llegado el momento de separar el presunto estrés del cuidado a otra persona, del estrés que causa ver que una persona querida sufre».
Para el estudio, Brown y su equipo han revisado siete años de datos del Estudio de Salud y Jubilación que realiza la Universidad, con una muestra representativa de ciudadanos estadounidenses con más de 70 años, y se concentraron en la evolución de 1.688 parejas.
En el comienzo del estudio, los miembros de cada pareja señalaron por separado cuánta ayuda recibía de su cónyuge en una larga lista de actividades cotidianas.
En el curso del estudio murieron 909 personas, aproximadamente el 27 por ciento de la muestra, y tras analizar los datos, los investigadores encontraron que los individuos que daban por lo menos 14 horas semanales de cuidado a sus cónyuges tenían probabilidades significativamente menores de haber muerto durante el período del estudio.
«No sabemos, todavía, exactamente cómo la motivación y la conducta de quien brinda cuidado pueda influir su salud, pero bien podría ser que la ayuda a otra persona, especialmente una muy querida, alivie algunos de los efectos dañinos del estrés de ver que esa persona sufre», señaló Brown.
Fuente: La Voz de Galicia. Redacción: ACPress.net
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