Las organizaciones implicadas en la campaña Derecho a la alimentación. Urgente, Prosalus, Cáritas, Ingeniería sin Fronteras y Veterinarios sin Fronteras, han denunciado que el número de hambrientos alcanzó el año pasado los 923 millones de personas.
Con motivo de la celebración del Día de la Alimentación el próximo jueves, la actual campaña trata de explicar que la crisis financiera y alimentaria tiene su origen en el fracaso del actual modelo de desarrollo. Tras esta mala gestión alimentaria se encuentra, en parte, la subida del precio de los alimentos, cuya media fue de un 52% entre el 2007 y el 2008, en un período en el que el precio del arroz, por ejemplo, sufrió un aumento de un 200%.
LAS POLÍTICAS AGRARIAS
Las razones del incremento de precios hay que buscarlas en las políticas agrarias de las últimas décadas, centradas en la rentabilidad comercial de los alimentos, en lugar de hacerlo en garantizar el derecho a la alimentación. También son determinantes la especulación financiera en mercados de futuro y fondos de inversión con los productos alimenticios.
Gracias a los programas de instituciones como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI) de los años 80, la agricultura dejó de ser una prioridad para la mayoría de los países en desarrollo, que abandonaron los cultivos orientados a la alimentación de la población y se centraron en la producción destinada a la exportación, añade el comunicado.
Mientras, los países industrializados aprobaron programas millonarios de subsidios agrarios, lo que permitía la comercialización a precios más baratos de sus productos. Países que históricamente eran productores de alimentos se convirtieron en importadores netos de alimentos subsidiados.
LA OPORTUNIDAD DE LA CRISIS
En los últimos años, los acontecimientos en las bolsas internacionales han dirigido nuevamente las inversiones hacia las materias primas, que se han convertido en valores seguros con los que especular. Para protegerlos, se han puesto en marcha medidas como la restricción de las exportaciones.
El comunicado asegura que para ver el fin del hambre es necesario regresar a las políticas agrarias diseñadas en función de las necesidades de la población y con la participación de los agricultores, así como que sean respetuosas con el medio ambiente y que su objetivo final sea el derecho a la alimentación.
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