Una red de túneles debajo de la Mezquita de Aqsa, calificada por los medios de comunicación israelíes como “lugar turístico” ha sido denunciada por los palestinos, por entender que nuevas perforaciones son la causa de grietas evidentes en la superestructura de la explanada de las mezquitas, que aloja muchos lugares históricos, incluida la mezquita de la Cúpula de la Roca.
La Cúpula de la Roca es el santuario más visible que se puede ver en la explanada de Haram Al-Sharif en Jerusalén. Fue levantado por los omeyas en torno al monte donde la tradición sitúa el relato bíblico en el que Abraham estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo. Junto a ella, en la misma explanada, se levanta la mezquita de Al-Aqsa. A un lado, el famoso recinto sagrado judío del Muro de las Lamentaciones, que es parte del templo judío de Jerusalén, que se levantaba exactamente en el mismo espacio que ahora ocupan las mencionadas mezquitas. Este muro tiene túneles (antiguas caballerizas) donde los piadosos judíos leen la Tora o recitan salmos, ajenos por completo a la curiosidad de los turistas. Es ahí donde se acusa a los judíos de estar horadando el subsuelo y estar originando los problemas arquitectónicos de los lugares sagrados de Jerusalén.
“No tengo la menor duda de que el gobierno israelí desea destruir la Mezquita de Aqsa. Sólo que quieren hacerlo de modo que parezca que la demolición es el resultado de causas naturales”, afirmó el jeque Mohamed Hussein, jefe del Consejo Supremo Musulmán que supervisa el santuario islámico de Jerusalén, considerado el tercero de los santos lugares del Islam.
“Cuanto están haciendo aquí demuestra que están empeñados en destruir este santuario islámico. Es hora de que los pueblos musulmanes, los gobiernos musulmanes y las organizaciones musulmanas de todo el mundo actúen para detener esta blasfemia. Puede que mañana sea demasiado tarde”, añade Hussein.
Altos cargos palestinos y musulmanes, incluyendo la Organización de la Conferencia Islámica (OIC, por sus siglas en inglés), han advertido repetidas veces acerca de las excavaciones israelíes cerca y debajo de la mezquita, pero no han tenido la respuesta que esperaban, más bien ninguna en cuanto a resultados prácticos a favor de su denuncia.
Queja oficial jordana
La situación es tensa, tanto que la última semana de agosto Jordania, custodio legal del santuario de Jerusalén, pidió a Israel que dejara de horadar bajo los cimientos de la Mezquita de Aqsa y le advirtió que “esta delicada situación podría prender fuego a toda la zona”.
Israel no hizo ninguna manifestación ante estas advertencias jordanas y optó por apaciguar a los grupos religiosos judíos que defienden la demolición de los santos lugares islámicos y cristianos en Jerusalén. Pero a la vez, se negó a que expertos musulmanes de la OIC y de la UNESCO inspeccionen la zona donde la denuncia ubica las excavaciones que se estarían haciendo debajo de la mezquita, alegando que de aceptarlo podría ponerse en duda la “soberanía israelí” sobre la ciudad de Jerusalén.
Sinagoga problemática
Además de abrir túneles bajo la explanada de Haram Al-Sharif, el gobierno israelí también ha permitido a un grupo judío ultraortodoxo, el movimiento Chabad, construir una sinagoga cerca de la sección occidental del complejo sagrado islámico. Esto ha sido tomado por los judíos como un desafío, ya que Chabad llama abiertamente tanto a la expulsión de los palestinos como a la destrucción de los santos lugares islámicos y cristianos en Jerusalén.
Los palestinos ante esta situación han manifestado a través de diferentes representantes que consideran que Israel está enfureciendo y desafiando a los 1.400 millones de musulmanes que se calcula que hay en el mundo. Por otra parte, también acusan al gobierno judío de estar silenciando los intentos por parte de la comunidad árabe de Jerusalén de hacer público lo que está ocurriendo en los santuarios islámicos de la ciudad.
Fuente: Uruknet. Redacción: ACPress.net
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