6 feb 2008

Un matrimonio egipcio convertido al cristianismo vive oculto y amenazado

Mohamed Hegazy sustituyó el Corán por la Biblia hace nueve años, cuando era aún adolescente. A pesar de que el cambio de religión es legal en Egipto, muchos cristianos conversos denuncian sufrir el acoso de los islamistas, de las fuerzas de seguridad y también de sus familias. Hace un año, Hegazy se casó con Zeinab, también conversa al cristianismo. Y aumentaron los problemas de toda índole.

Meses después, cuando su mujer quedó embarazada, solicitó a la Administración el cambio de filiación religiosa en su documento nacional de identidad y demás papeles. Como la religión musulmana la transmite el padre, no quería que su hija, que nació hace dos semanas, fuera inscrita en el registro civil como devota de islam.

PETICIÓN DENEGADA
Acudió a los tribunales y estalló el escándalo. El caso, sin precedentes en Egipto, saltó a los medios de comunicación del país. La pareja empezó a recibir amenazas, incluso algunos jeques religiosos dictaron fatuas condenándoles a muerte. El matrimonio abandonó su casa, que días después fue asaltada y quemada.

Desde entonces, y de eso hace ya más de cuatro meses, los dos viven ocultos.

ACORRALADO
A pesar de las amenazas y presiones no piensa ceder. Ya no puede acudir a su trabajo como periodista en un diario local. Tampoco recibe el apoyo de su familia.

Su padre nunca fue muy religioso, pero ahora se ha convertido en un fanático gracias a la influencia de jeques extremistas. Asegura que tampoco recibe ayuda de la iglesia ortodoxa copta, que prefiere mantenerse al margen para evitar daños mayores.

El periodista, que subsiste con el apoyo de otros cristianos conversos, está convencido de que el tribunal fallará en contra de su petición. El joven egipcio tiene otra causa abierta, esta vez de un grupo de abogados islamistas que le acusan de "apostasía" y piden que sea castigado con la muerte, extremo que no contempla la ley egipcia.

VIDA EN PELIGRO
El letrado Gamal Eid, defensor de Hegazy, cree que si el juez da la razón a los radicales, la vida de su cliente correrá un grave peligro. Una decisión así abriría la puerta para que los extremistas puedan atentar contra su vida.

Hegazy dice que con su actitud desea llamar la atención sobre la situación que viven los conversos cristianos. "La comunidad internacional debería presionar al Gobierno para que se respete la libertad religiosa, como señala nuestra Constitución". Se ha transformado en una especie de héroe para la comunidad cristiana, que representa el 8% de la población.

Su nombre hoy es Beshoy; el de su mujer, Cristina, y el de su hija, Marian. "Estoy preparado para luchar por Cristo", dice antes de perderse por las calles de El Cairo.

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