Ha mediado del año 2003, Explore por 3 meses la Caja de Seguro Social y algunos Hospitales privados por una serie de síntomas extraños; un dolor en la parte baja del abdomen, fiebres y un raro malestar. Fueron 3 meses de incertidumbre y mucho estrés.
Luego de varias semanas y exámenes se me diagnostico una “Prostatitis Aguda”, causada por una “leve infección de la próstata”. Para ser honesto a mis 29 años de edad ignoraba que los varones tuviésemos algo llamado próstata, así que no indague mucho de cómo fue que me infecte tan delicado órgano, suficiente alivio con haber encontrado el diagnostico por uno de los mejores médicos de Panamá.
Luego del tratamiento, los síntomas seguían, el dolor persistía, no tanto como antes, por los medicamentos, pero no estaba sano. Algo andaba mal en mí. El doctor luego de otros exámenes me dijo algo que nadie quiere escuchar, “tu enfermedad se volvió crónica”. Me negaba a aceptar eso, y en mi afán por buscar respuesta y una cura visite alrededor de unos 15 médicos diferentes en casi 4 años, pero nadie podía explicarme satisfactoriamente este dolor y estos males. Luego me resigne a vivir con este mal, y a controlarlo con medicamentos diarios, pero sin razón aparten para la navidad del año 2005 los síntomas se intensificaron.
El caminar o estar sentado era una tortura para mí. La fiebre por mucha panadol no se me quitaba y el malestar me abarcaba todo el cuerpo. Pase postrado 15 días en cama, solo salía para ir a los especialistas, que no encontraban explicación alguna. Era una pesadilla, todos mis exámenes, cultivos, radiografías, ultrasonidos salían perfectos, los papeles mostraban que era un hombre sano. Según los doctores, “posiblemente” este mal se producía por una infección en colon, infección en el hígado, hernias, infecciones intestinales, paperas testiculares, la famosa infección en la próstata, infección en los riñones, inclusive hasta me hice un examen para detectar cáncer. Pero nada, los exámenes descartaban todas estas enfermedades.
Visite muchos doctores de diferentes especialidades, inclusive el ginecólogo de mi esposa vio todos mis exámenes y su diagnostico fue: “Que extraño….”
El dolor era insoportable, la fiebre continua, mareos, malestar total, nadie me podía explicar que me estaba pasado. De 215 libras baje a 165 en dos meses. Era tanto el estrés que la parte izquierda de mi cara, cuello y espalda estaban paralizados. Por tanta presión y estrés me empezaron los ataques de pánico y ansiedad.
Fueron 4 viajes expresos al cuarto de urgencias cada vez que me daba un ataque de estos, pero no fue hasta el 3er ataque que una doctora me dijo que esto era producto de una gran presión. NO se que era peor, el ataque de ansiedad o el mal que estaba sobre mi.
Llego un día en que ya no quise seguir, mentalmente había perdido cualquier esperanza, mentalmente estaba muerto y cada noche lo que mas deseaba era dormir y no despertar nunca más. Para ese entonces, no conocía al Señor y su gran misericordia, y para alguien que no conoce a Cristo, pensar en la muerte es algo sumamente aterrador.
Bendito sea el Señor, al cual le doy gracias todos los días por haberme dado una esposa que amo, la cual ha estado al lado mió cada segundo de este amargo camino. Siempre recordare el día que entre a mí recamara y veo a mi esposa arrodillada y yo sumamente extrañado le pregunta: ¿Qué haces ahí arrodillada? – Estoy orando al Señor, para descubran que es esto que esta acabando contigo, contesto ella. Yo, de broma, le contesto: Bueno, pídeselo, a ver si el te oye. Y el Señor en su gran misericordia la escuchó.
Justo al día siguiente, en mi trabajo, (por que a pesar de todo mi vida continuaba, a base de analgésicos me levantaba a diario), mi Jefe me pregunta, ¿Qué te pasa, Luís, que te veo con un semblante extraño, que ocurre? Le explique toda mi situación. Y el me dice, no te preocupes, vamos a solucionar esto, no te preocupes por nada.
Yo, sumamente sorprendido, con la generosidad de mi jefe, que nació de la nada, visite los mejores Hospitales de Panamá, y me atendí con los mejores doctores especialistas sin yo dar ni un centavo. Luego de un par de días, visite 3 médicos más: uno que verificaría el ultimo diagnostico, afirmarlo o negarlo. Otro que dio con el diagnostico correcto y uno ultimo que me ayudo en mi recuperación.
¿Que era lo que me estaba aquejando por mas de 4 años y que mas de 15 médicos no pudieron encontrar? Era una hernia de disco entre la 4ta y 5ta vértebra lumbar. Nunca en todo ese tiempo la espalda me molesto o dio algún síntoma, el nervio mordido por la minúscula hernia me causaba todos los malestares que les mencione. Luego de una corta fisioterapia quede como nuevo. Gracias al Señor no me tuvieron que operar.
La verdad no se si es Panamá el único país en el mundo que confunden una hernia de disco con una prostatitis, son muchas las preguntas de cómo se dieron las cosas o de cómo no se dieron, pero eso no importa ya. Son muchos los caminos que te llevan a los pies del Señor.
Hoy día estoy sano y doy testimonio de la grandeza del Señor en mi vida. Aunque al inicio no comprendí que El Todopoderoso sano mi mal, doy gracias todos los días por su gran obra en mí.
Gracias Señor por que por tu Gracia he sido sanado, gracias por mi Esposa a quien amo, mi ayuda idónea, que fue instrumento para conocerte, mi soporte, mi luz de esperanza, gracias por haberme llevado a Casa de Poder Internacional. Gracias Señor por todas esas personas maravillosas que he conocido. Bendito sea tu Nombre.
Aceptando al Señor Jesucristo en mi corazón, he visto cosas maravillosas, cosas en mi vida y en la vida de los demás, no cosas materiales, he sido testigo de la gran Gloria del Señor en mi y en la vida de mis hermanos, pero bueno esa es otra historia, que espero contárselas pronto.
QUE EL SEÑOR ME LOS SIGA BENDICIENDO. AMEN.
LUIS A. SALAZAR M.
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