WASHINGTON, 04/09/2007 (AP,EP/ACPress.net)
La proliferación de best seller sobre el ateísmo o contra la religión cristiana se ha convertido en un suculento negocio. En los últimos doce meses se han venido en Estados Unidos un millón de ejemplares de las cinco últimas obras en esta línea. Sólo uno de los autores, Christopher Hitchens, podría ganar un millón de dólares por su último libro, titulado "Cómo la religión lo envenena todo". Es evidente que asistimos a una crítica descarnada contra la religión y que además mezclada con los negocios.
Según un artículo publicado en el Wall Street Journal, el movimiento conocido como "Nuevo Ateísmo" es un negocio muy lucrativo: en los últimos 12 meses se han vendido cerca de un millón de libros sobre ateísmo.
A diferencia de las versiones anteriores del ateísmo, el Nuevo Ateísmo rechaza la existencia de Dios sobre la base de las ciencias naturales, la libertad individual y la igualdad humana. Este Nuevo Ateísmo proclama su "odio a Dios" y a la religión. El Nuevo Ateísmo ve la "muerte de Dios" no como una catástrofe, sino como un bien social.
El principal argumento utilizado es que la religión fuerza a la gente a comportarse de manera cruel y violenta.
REFERENCIAS
Un libro de Christopher Hitchens, que constituye un ataque incendiario a Dios, se ha convertido en el gran éxito editorial de Estados Unidos. Este libro, que podría traducirse "Cómo la religión envenena todo", se está vendiendo en grandes cantidades en una región conocida como "el cinturón bíblico" por la importancia que tiene la religión.
El inesperado éxito del libro provoca otras iniciativas para publicar libros similares. Tenemos el ejemplo de Hitchens, de 58 años, que lanza un apasionado ataque contra las religiones, así como a los estados teocráticos y fundamentalistas, escribiendo que la religión no es diferente al racismo.
LA POLÉMICA CONTINÚA
En un artículo publicado en una revista norteamericana, Sam Schulman denuncia también la aparición de un "nuevo ateísmo". Escribe que no es un nuevo modo de pensar, sino más bien una forma de criticar a la religión de forma agresiva y descarada.
Es evidente que asistimos a una crítica descarnada contra la religión en la que el rigor no siempre domina y que además aparece mezclada con los negocios y el dinero. Este es un signo más de los nuevos tiempos.
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