Jesús curó milagrosamente el cáncer “incurable” de la mujer

Ella fue diagnosticada con mieloma múltiple, un cáncer de las células plasmáticas en la médula ósea, que se considera incurable. Pero con la fe centrada en Jesús, la oración y un poderoso sueño, Dios trajo una curación milagrosa que confundió a sus doctores.

“Dijeron que tenía 3-5 años para vivir”, dice Tecla Miceli. “Fue espantoso y me asusté hasta la muerte”, dice. Tecla creció en Sicilia y llegó a los Estados Unidos cuando tenía 16 años con sus padres.

Afortunadamente, ella atrapó el cáncer en una etapa temprana. Tecla se oponía a la quimioterapia, por lo que los médicos acordaron monitorear la progresión del cáncer con estudios de hueso y análisis de sangre cada 60 días.

Pero después de tres años monitoreando a Tecla, los doctores notaron un aumento alarmante en las células cancerosas. “Fue un cáncer completo, al menos un 27% en su sangre”, dice Gary.

Nicky Cruz, el ex miembro de la pandilla, estaba hablando cuando Tecla visitó Calvary Chapel por primera vez. Movida por su mensaje, se sintió obligada a seguir adelante. “Sentí un gran fuego en mi corazón y tuve que ir allí“, recuerda.

“Acepté a Cristo, pero no sabía lo que estaba haciendo. Conduje a casa y me sentí diferente. Nunca quise volver a pecar. A la mañana siguiente, me levanté con una sonrisa en la cara y me sentí muy tranquilo “.

Su fe se convirtió en un componente vital cuando se enfrentó a una crisis de salud potencialmente mortal.

“Este cáncer se come los huesos desde el interior y colapsarán”, anotó Gary. “El dolor es increíble”. 

Después de 36 meses, el escaneo de la cabeza de Tecla ahora reveló lesiones cancerosas que cubren su cráneo. “Ella estaba débil todo el tiempo, durmiendo mucho, sin poder moverse mucho”, recuerda Gary. “Tenía manchas de sangre por todos los brazos y piernas que eran asquerosas”. Ella era muy anémica.

Una noche, el hijo Gary pasó la noche con su madre porque salía volando del Condado de Orange a la mañana siguiente.

Antes de ir a dormir esa noche, él dijo: “Mamá, arrodillémonos y oremos”. Ambos se arrodillaron al lado de la cama. “Mamá, los salmos están llenos de las promesas de Dios. Quiero que los lean a todos y se mantengan firmes en las promesas de Dios. Rezaremos por ti “.

Tecla pasó toda la semana en su patio leyendo los salmos y orando. “Eso es todo lo que hice. Recé para que Dios me sanara “.

Ella derramó su corazón a Dios: sé que lo he hecho todo, he estado casado, tengo hijos, nietos, terminé la universidad, pero aún no estoy listo para morir. Si me sanas, contaré tu milagro a cualquiera que quiera escuchar, le dijo a Dios.

Esa noche, poco antes de su prueba de médula ósea, tuvo un sueño extraordinario.

Ella pensó que se iba a caer y seguramente moriría. “Entonces me di cuenta de que el clavo que sostengo está creando lentamente una grieta y se está deslizando hacia abajo. Lentamente me estaba bajando al piso. Cuando llegué al piso, lloré porque fue un milagro.

“Es un milagro, ¿no sabes que es un milagro?”, Gritó cuando aterrizó a salvo. “Dios es real. ¿No me crees? “Ella tomó su carrito de compras y comenzó a ofrecerle pan a la gente. Algunos tomaron el pan y otros no.

Tecla se despertó a la mañana siguiente sintiendo la paz perfecta. “Entendí que el pan era el pan de la vida“, dice ella.

Jesús declaró: “Yo soy el pan de la vida”. El que a mí viene, nunca tendrá hambre, y el que en mí cree, no tendrá sed jamás “ (Juan 6:35).

Unos días más tarde, Tecla se sometió a la prueba de médula ósea, un procedimiento doloroso que requirió un fuerte sedante, pero se despertó de forma pacífica y, sorprendentemente, no tuvo dolor después de la prueba.

“Pero mira esta prueba que tomé de la columna vertebral … esto regresó a las 5 o 6. Eso es imposible. El plasma sanguíneo nunca se retrae. Es un axioma de la medicina. Deben haber cometido un error en el laboratorio “, dijo, sacudiendo la cabeza con incredulidad.

Los dos médicos lograron conectarse por teléfono durante la cita. El oncólogo colgó el teléfono y dijo: “Bueno, esto es completamente asombroso para mí … No estoy de acuerdo, pero no sé qué decir.”¿Crees en Dios?”, Preguntó Tecla.

“Sí”, respondió. Luego Tecla procedió a contarle al doctor sobre su sueño y las oraciones por su curación.El doctor los miró a ambos con curioso asombro y luego dijo: “En 25 años de práctica, nunca había visto algo así antes”.

El médico finalmente admitió que todos sus números estaban bajos, más bajos que cuando le diagnosticaron por primera vez. Tecla comenzó a llorar y Gary estaba llorando.“El doctor lo llamó una anomalía, su forma de explicar el milagro”, recuerda Gary. “Pero él también comenzó a llorar porque realmente lo conmovió”.

Cuando el doctor recuperó la compostura, dijo “Eres libre de ir y vivir tu vida … “Fue un milagro”, exclama Tecla. “Tanto mi hijo como mi hija tenían a cada una de sus iglesias orando por mí todo ese tiempo. La oración funciona y Dios escucha “.

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