Los adolecentes menores de 18 años y adictos a la marihuana, tendrían un mayor riesgo de sufrir daños cerebrales más graves, respecto a los que podría padecer un adulto, según una investigación realizada por Estados Unidos y Gran Bretaña.
El estudio, que involucró un seguimiento de 1.000 personas durante 40 años, demostró que el coeficiente intelectual (IQ) de los individuos que empezaron a fumar a temprana edad es ocho puntos menor que el de aquellos que desarrollaron su adicción en la adultez.
Las personas que empezaron a fumar la droga desde su adolescencia y la continuaron consumiendo como un hábito, obtuvieron los peores resultados en las pruebas de memoria, en la capacidad de concentración y habilidad para pensar rápidamente.
Mientras tanto, el IQ de las personas que participaron en el estudio y que nunca fumaron marihuana subió una décima y un punto.
El IQ es una característica determinante al momento de acceder a la educación superior y en el desempeño de sus labores diarias, por lo cual los expertos aseguran que los jóvenes que perdieron un porcentaje de su IQ en la adolescencia se encuentran en desventaja.
Aunque la investigación no precisa la frecuencia con que fumaban cannabis las personas participantes, afirmó que la disminución del IQ no es atribuible al abuso de otras sustancias psicoactivas.
El pasado mes de marzo, fue publicado un estudio que reveló que las personas que consumen mucha marihuana durante su adolescencia, tienen mayor riesgo de desarrollar un desorden psicótico.
Por su parte, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), publicó en su informe del 2011 que desde el 2009, entre el 2,8 y el 4,5% de la población mundial entre los 15 y 64 años consumió cannabis al menos una vez.
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