El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, instó a los cristianos y a los musulmanes en ese país a permanecer unidos contra el terrorismo después de que se registrara un atentado frente a una iglesia en Alejandría.
Al menos 21 personas murieron y 70 resultaron heridas en el ataque suicida, que ocurrió durante una misa en la medianoche de fin de año en la iglesia de al-Qiddissin.
En un discurso televisado, Mubarak dijo que el ataque llevaba el sello de "manos extranjeras" que buscan desestabilizar a Egipto.
También el presidente de Estados Unidos condenó el ataque como un "acto bárbaro y abyecto" y ofreció la colaboración estadounidense a las autoridades egipcias.
Varios cientos de cristianos se enfrentaron con musulmanes y la policía horas después del atentado.
En los últimos años se ha producido una escalada de tensión entre cristianos coptos y musulmanes en Egipto, según Yolanda Knell, especialista de la BBC en Medio Oriente.
En noviembre, un cristiano copto murió en un enfrentamiento con la policía durante una manifestación por la construcción de una nueva iglesia y el seis de enero de 2010 un hombre armado mató a seis fieles coptos que salían de una misa en Naga Hamadi (sur del país).
"En esto juntos"
En el ataque de este sábado, cerca de 1.000 fieles asistían a la misa de fin de año en la Iglesia al-Qiddissin, ubicada en el distrito de Sidi Bechr de la ciudad portuaria del Mediterráneo.
Funcionarios inicialmente pensaron que la causa fue la explosión de un coche bomba, pero posteriormente el Ministerio del Interior lo descartó y dijo que fue "provocada por un atacante suicida que murió entre la multitud".
Una mezquita cercana también resultó afectada por la explosión y entre las víctimas hay ocho musulmanes heridos, informó el Ministerio de Salud.
Horas después del incidente, el presidente Mubarak apareció en la televisión estatal para expresar su sorpresa y juró localizar a quienes están detrás del ataque.
"Este acto de terrorismo sacudió la conciencia del país, conmocionó nuestros sentimientos e hirió los corazones de los musulmanes y coptos egipcios", afirmó.
"La sangre de sus mártires en Alejandría se mezcló para decirnos que todo Egipto es el objetivo y que el terrorismo ciego no distingue entre un copto y un musulmán", añadió Mubarak.
"Todos estamos juntos en esto. Tenemos que hacer frente al terrorismo y derrotarlo", insistió.
Mubarak describió el ataque como una "operación terrorista que lleva, en sí misma, el sello distintivo de manos extranjeras, que quieren convertir a Egipto en otro lugar de terrorismo, como en otras partes de la región y el resto del mundo".
Los principales líderes musulmanes de Egipto también expresaron sus condolencias y su unidad.
El movimiento de oposición islamista la Hermandad Musulmana dijo que ninguna religión en el mundo podría tolerar tal crimen.
Tensiones
A pesar de las declaraciones, cientos de coptos enojados se enfrentaron con musulmanes y la policía local después de la explosión.
Se informó que tiraron piedras hacia la mezquita que se encuentra cerca de la iglesia afectada. Algunos automóviles también fueron incendiados.
Decenas de policías acudieron al lugar y las autoridades utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
Las protestas continuaron durante la nueva jornada y los coptos marcharon a través de la zona gritando: "¡Con nuestra alma y nuestra sangre nos redimirá la Santa Cruz!" y "¡Oh Mubarak, el corazón de los coptos está en llamas!".
El principal clérigo copto de Alejandría, el arzobispo Arweis, dijo que los servicios de seguridad querían culpar a un atacante suicida y descartar que fue la explosión de un coche bomba porque de esta forma podrían considerar el caso como algo realizado por un solo atacante.
También denunció la "falta de protección" frente a la iglesia.
El gobierno dijo que había aumentado las medidas de seguridad fuera de las iglesias después de que el Estado Islámico de Irak, un grupo paraguas que incluye a militantes de al-Qaeda en Irak, amenazara a los coptos de Egipto a finales de octubre.
Los cristianos en la Iglesia Ortodoxa Copta representan alrededor del 10% de la población de Egipto, la mayoría de la cual es musulmana.
En los últimos meses, los coptos se han quejado de discriminación, mientras que algunos musulmanes acusan a las iglesias de retener a personas que se han convertido al Islam en contra de su voluntad.
Alejandría, la segunda ciudad más grande de Egipto, con una población de cerca de cuatro millones, ha sido testigo de la violencia sectaria en el pasado.
En 2006, hubo días de enfrentamientos entre coptos y musulmanes después de que un copto murió apuñalado durante una agresión con arma blanca.
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