15 may 2010

Filipinas: Ministerio imparte enseñanzas de manera creativa

Las llamadas "aulas de carreta" van a las comunidades mas pobres de Filipinas para ayudar a niños que no tienen los recursos para educarse. Muchos de ellos viven en basureros, precarios y cementerios.

Esta idea práctica y sencilla vino de la mente de un voluntario de 12 años. La carreta tiene los elementos básicos de una típica aula, por lo que no se necesita una escuela.

La carreta lleva la bandera filipina para que los niños canten el himno nacional, una pizarra, útiles escolares, mesas, sillas y tapetes donde los estudiantes se pueden sentar.

Incluso tiene una pequeña biblioteca donde los niños pueden leer. Además hay artículos de primeros auxilios para una clínica improvisada y el favorito: una tiendita que ofrece comida gratis a los ninos.

De esta forma, una simple carreta está transformando comunidades. Pero lo mejor es que los jóvenes voluntarios tras ella están dedicados a dar de sí mismos para marcar diferencia en las vidas de los niños.

Las aulas móviles son un proyecto de la Compañía Dinámica Juvenil. El fundador, Efrén Peñaflorida, piensa que hacer la educación accesible a los menos privilegiados puede traer un cambio a las comunidades.

“Creemos que aún a su corta edad estos niños tendrán el amor por aprender y les inculcamos la importancia de tener fe en dios para que sepan que la educación puede ser clave para abrir puertas de oportunidades para que sean exitosos en la vida”, asegura.

Efrén testifica que el casi no llega al colegio porque sus padres no tenían dinero para pagar sus estudios. El agradece a la organización juvenil, Club 8586, que le llevó a Cristo.

También le hicieron un estudiante aplicado y hoy tiene su título de profesor. El club es un gran factor para prevenir que los niños se unan a pandillas que los meten en violencia, amenazándolos y provocando peleas. Efrén recuerda cómo le maltrataban cuando tenía 12 años.

“Quería luchar, pero mi mentor me animó a luchar alcanzando a estos niños y empezamos la compañía dinámica juvenil como una alternativa para que los niños no se involucraran en pandillas y violencia.”

Michael Advíncula confiesa que a los 7 años el ya era pandillero, envuelto en drogas y robos. “Recuerdo que robamos una bolsa de luces navideñas porque nuestras casas no tenían luces. Yo estaba en quinto grado cuando empecé a asistir a las clases de la compañía, pero solo porque tenía hambre y quería pan. Pero ahí aprendí valores y la importancia de tener metas en la vida. Fue cuando acepté a cristo que supe que robar es pecado.”

Como otros exalumnos de las aulas móviles, Michael pasa los sábados enseñando a los niños. El cree que ellos también deben tener la esperanza de una vida mejor, así como él la tuvo.

Hace poco Efrén fue nominado a la competencia de héroes de cnn por su impacto en las comunidades pobres de las Filipinas y el mundo.

Efrén espera que el concepto de las aulas móviles se pueda repetir porque eso traerá un cambio para bien. Cambio que según él, empieza en nosotros mismos…

“Usted es el cambio que usted sueña y juntos somos el cambio que este mundo necesita.”

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