19 may 2010

Asesinato a nombre del honor

La expresión “crímen de honor” designa el asesinato de una mujer por parte de miembros de su familia que creen ser deshonrados por la víctima. Entre los principales móviles se encuentran el rechazo de un matrimonio concertado, ser víctima de agresión sexual, querer divorciarse o cometer adulterio. Según Naciones Unidas cada año más de cinco mil mujeres son víctimas.

Rana Husseini, autora del libro “Asesinato en Nombre del Honor”, asegura que al vivir en una sociedad patriarcal, las mujeres siempre son acusadas. “Su familia espera que ella mantenga la reputación y cuando esa mujer comete un error, no ven ninguna solución aparte de matarla. Para ellos, la sangre limpia el honor.”

El siete de abril de 2009, a las afueras de la ciudad de Mosul, en Irak, Dua Kalil Aswad, de 17 años, fue arrastrada por sus parientes, incluyendo su hermano y su tío, hasta la plaza del pueblo. Cientos de vecinos vieron cómo fue desvestida, pateada y apedreada. ¿Su crimen? Enamorarse de un jóven a quien sus familiares no aprobaban.

Cada año cientos, talvez miles, de mujeres en todo el mundo son fusiladas, degolladas, asfixiadas, apedreadas o quemadas. Casi siempre la víctima es acusada de traer deshonra a su familia.

Husseini agrega que “las familias deciden matar por razones como: rumores, sospechas, violación (si la mujer es violada la culpan a ella), incesto, por escoger el hombre con quien se quieren casar o por hablar con un hombre”.

Rompiendo el silencio

La autora ha documentado la costumbre de las matanzas de honor como corresponsal de uno de los principales periódicos de Jordania. Su misión es romper el silencio que cubre esta costumbre. “Estoy aquí para hablar en nombre de estas mujeres que no tienen voz.”

Su libro “Asesinato en Nobre del Honor” documenta el aumento de crímenes de honor en todo el mundo. “El típico asesino de honor es el hermano. A veces la familia, conociendo las leyes, escoge a menores para cometer el crimen porque saben que a ellos les dan sentencias cortas de 3 meses a dos años”, explica Husseini.

Es difícil dar números exactos, pero la ONU calcula que globalmente matan al menos a trece personas al día, al menos cinco mil por año.

Aunque la mayoría de estos crimenes ocurren en países árabes y musulmanes, un número creciente ocurre en comunidades de inmigrantes en Estados Unidos, Europa y otros.

El problema prevalece en la cultura islámica donde a menudo ven a las mujeres como propiedad sin derechos.

Otros tristes casos

Unos meses después del asesinato de Dua Kalil, Fareeda también de Irak, fue raptada de su casa y llevada a Silopi, Turquía. Allí fue drogada, violada y vendida como prostituta. “Me trataron como un animal. Me usaron como un pedazo de carne”, dice Fareeda.

Ella fue descubierta por las autoridades turcas y devuelta a Irak. Pero en vez de ser bienvenida, su familia quiere matarla. “Para ellos, soy sucia y sin valor”.

Fareeda es protegida por un grupo de derechos humanos en un lugar secreto. Pero el día que CBN News – Mundo Cristiano la entrevistó, había tratado de suicidarse saltando de una ventana. “Ya no quiero vivir. Según mi familia, estoy muerta”, dijo.

En Jordania, si una mujer teme que su familia la va a matar, puede ingresar a una cárcel local. Es lo que hizo Wadid, otra mujer que fue violada: “Unos meses después descubrí que estaba embarazada. Por temor de decirlo a mi familia, me quedé callada hasta que se notaba el embarazo. Cuando fui al hospital para dar a luz, me pidieron la tarjeta de identidad familiar, pero no la tenía. Avisaron a la policía y por eso estoy aquí”.

El problema es que Wadid no puede salir ahora de la cárcel. El único que la puede sacar es un pariente masculino y casi siempre, si una familia decide poner en libertad a su pariente femenina, es para matarla”.

Expertos en derechos humanos dicen que decenas de mujeres sufren en las cárceles de Jordania bajo la llamada ‘custodia protectora’.

El abogado defensor de derechos humanos, Nourhan Fakhoury, explica que algunas están en prisión por más de 5 años”.

“Shadi” y “Zaina” salieron el año pasado solo porque decidieron casarse en la cárcel. “Tuvimos un hijo sin casarnos. Esto se considera adulterio en Jordania”, dice Shadi. “La única forma de restaurar el honor de la familia era casarnos o arriesgar a que nos mataran”, agrega Zaina.

Los crímenes de honor son técnicamente ilegales en Jordania, pero la presión tradicional y social impide que se cambien las leyes que excluyen a los asesinos del castigo.

¿Progesos?

Imad Maayah, miembro del Parlamento de Jordania dice que no se pueden abandonar estas tradiciones de repente. “Tomará tiempo. Estamos progresando y las cosas van a mejorar”, agrega.

Grupos sociales, religiosos y políticos están promoviendo un debate público sobre el tema. Pero hay desafios…

Husseini recibe muchas amenazas de muerte y la acusan de ser anti-islámica. Aún así, está tratando de convencer a su sociedad y a otras alrededor del mundo, de que la vida vale más que una perspectiva distorcionada del honor. “El derecho a la vida es algo sagrado y no le toca a nadie en este planeta tomar la vida de otro. Dios nos crea y Dios nos lleva”.

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