Una de las cosas más impresionantes que toca ver es como se alaba al Señor y luego al instante se aborrece al hermano. Si el resultado de que Jesús muriera por nuestro pecados es para encontrar un grupo de personas con los cuales compartir nuestros mismos gustos y afinidades en hermetismo y fingir que somos felices en la vida, entonces todo ha sido en vano.
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