En el canon hebreo, las Crónicas eran un solo libro llamado Dibré Jayyamín (hechos de los días). En la LXX se dividió en dos que se llamaron Paraleipomena (cosas omitidas) porque se creía que contenían historia que «omitieron» los otros libros históricos, lo cual explica que en algunas versiones catolicorromanas estos libros se llamen Paralipómenos.
CONTENIDO
En la primera parte se resume la historia sagrada desde Adán hasta Saúl. De ahí en adelante la narración va paralela con la de 2 Samuel y 2 Reyes, añadiendo algunos datos, pero omitiendo otros muchos sobre todo los relacionados con el reino del norte.
PROPóSITO Y POSICIóN EN EL CANON
El autor pone en relieve la dinastía davídica, el • Pacto eterno que Yahveh había hecho con David, el templo con su culto establecido por David, el papel de los • Levitas y la Ley. Los libros de Samuel y Reyes se escribieron desde el punto de vista profético, pero los de Crónicas desde el sacerdotal o levítico. Por tanto, estos tratan de asuntos eclesiásticos relativos a la construcción y la dedicación del templo, y a las ordenanzas del culto público. Hacen resaltar las épocas cuando la fe había sido la fuerza dominante entre el pueblo y sus líderes (por ejemplo, los reinos de Asa, Josafat, Ezequías y Josías) y había traído la prosperidad, y subrayan que el abandono de la fe verdadera redundaba en ruina y maldición. La insistencia en lo anterior era necesaria para la comunidad posterior al cautiverio a la que escribía el autor.
Son los últimos libros en el canon hebreo (2 Cr 24; cf. Mt 23.35). Dada la afinidad de estilo, vocabulario, procedimiento y teología entre Crónicas y • Esdras - Nehemías, algunos han creído que anteriormente formaban parte de una misma obra. Aunque no fuera así, es probable que los haya escrito un mismo autor o al menos cronistas de un mismo círculo. Interpretada así, la obra del cronista (y su círculo) presenta una visión panorámica de la historia de Israel (desde Adán hasta Nehemías) con su centro en la época normativa de David. La obra expresaba el anhelo de la comunidad del poscautiverio sobre el restablecimiento de la dinastía davídica en el reino del • aqui. (• aqui.)
AUTOR Y FECHA
La obra es anónima pero la tradición judía la atribuye a Esdras. Hay diversidad de opiniones respecto a la identidad del autor. La tradición judía, el ambiente de la época, la posición de Esdras como escriba, la biblioteca que según Josefo poseía Nehemías y la ausencia de pruebas de que se haya escrito en fecha posterior, ha hecho creer a algunos que el autor fue Esdras (458–398 a.C.). También se ha afirmado que no fue Esdras, sino otro que después se habrá valido de los escritos de él. Y hay quienes se inclinan por una fecha ca. 300 a.C., basándose en la oposición del cronista a la comunidad samaritana que empezó ca. 350 a.C.
Resumiendo, las Crónicas son un libro del poscautiverio cuyo autor quizás fue Esdras o, menos probable, un levita que en una época posterior se aprovechó de los escritos de Esdras.
El autor dice haber usado documentos como base de su obra. Mucho del material es paralelo al de Samuel y Reyes, pero no se sabe si el cronista cita estos libros o si ha usado las mismas fuentes. Menciona seis fuentes históricas (1 Crónicas 9; 1 Crónicas 27.24; 2 Crónicas 16.11; 2 Crónicas 24.7; 2 Crónicas 27.7; 2 Crónicas 33.18) que bien podrían ser diferentes nombres de una misma obra. También usa ocho fuentes proféticas (1 Crónicas 29.29; 2 Crónicas 9.29; 2 Crónicas 12.15; 2 Crónicas 13.22; 2 Crónicas 20.34; 2 Crónicas 26.22; 2 Crónicas 32.32; 2 Crónicas 33.19; 2 Crónicas 35.25).
MARCO HISTóRICO
Muchos críticos han dudado de la historicidad de Crónicas, arguyendo que contienen datos idealizados, exagerados e incluso inventados con fines apologéticos. Pero estudios recientes y nuevos descubrimientos arqueológicos tienden a confirmar los relatos de Crónicas. Aún quedan problemas difíciles de resolver, como ciertas discrepancias (especialmente numéricas) entre las narraciones de Crónicas y las de Samuel y Reyes, pero otros que parecían irresolubles hoy pueden explicarse como errores de transmisión o con la costumbre de usar ciertos números hiperbólicamente (por ejemplo, 2 Crónicas 14.9).
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