Descendiente de David, desposado con • María. Como su • Genealogía se hallaba registrada en Belén, tuvo que viajar hasta allá desde su ciudad, Nazaret, con motivo del empadronamiento ordenado por Augusto César (Mt 1.16; Lc 2.4).
Según Mt 1.19, era «justo», lo que señala su piedad y sumisión a la Ley, y a juzgar por Lc 2.24 también era pobre. La amarga experiencia descrita en Mt 1.18s sin duda correspondió al momento en que María regresó de su visita a Elisabet (Lc 1.39–56), José determinó romper el compromiso con ella, pero por compasión quiso hacerlo en secreto, sin tomar las medidas públicas acostumbradas. Sorprendido por una revelación (Mt 1.20s), aceptó con fe la concepción milagrosa del niño y se apercibió para cumplir su importantísimo cometido como guardián del Mesías. Se casó legalmente con María (Mt 1.24), aunque sin unirse todavía con ella (v. 25), de modo que el niño nació como si fuera «hijo de José» (Mt 13.55; Jn 1.45; 6.42).
Junto con María, y por orden del edicto de Augusto César, José fue a Belén muy cerca del tiempo en que habría de nacer el niño (Lc 2.1–7), y al nacer le puso por nombre Jesús (Mt 1.25; Lc 2.21). Después de los acontecimientos descritos en Lc 2.22–39 y Mt 2.1–12, huyó con María y el niño a Egipto (Mt 2.13ss). Volvió a Palestina, aparentemente con la intención de radicar en Judea, después de la muerte de Herodes, pero una nueva revelación divina lo llevó hasta Nazaret (Mt 2.19–23). En este lugar ejerció el oficio de tekton, es decir, obrero de la construcción, carpintero, ebanista (cf. Mc 6.3; donde a Jesús también se le llama tekton).
Después José solo aparece como protector del niño Jesús. Participa de la incomprensión de María frente a la declaración de Jesús respecto a su misión especial (Lc 2.41–52). La interpretación natural de varios textos implica que era padre de varios hijos e hijas con María (Mt 1.25; 13.55; Mc 3.31–35; Jn 7.5; • Hermanos de Jesús). No se le nombra más con María y los hermanos de Jesús, y la entrega que Jesús hace de su madre al cuidado de Juan, al pie de la cruz, hace pensar que José ya había muerto entonces (Jn 19.26, 27).
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