Traducción de un término hebreo (mal‘ak) y un término griego (ángelos) que significan «mensajero». Se aplica a seres humanos (Job 1.14; 1 R 19.2; Hag 1.13; Lc 7.24; 9.52, etc.), pero de manera muy especial a un orden de seres sobrenaturales y celestiales cuyo ministerio es actuar como mensajeros y agentes de Dios en la realización de la voluntad divina.
Los ángeles se mencionan muchas veces en ambos testamentos y Cristo mismo afirmó que hay un orden de seres angélicos en el universo (Mt 18.10; 24.31, 36; Lc 15.10).
Los ángeles fueron creados (Col 1.16) en estado de santidad (Jud 6) antes de la creación del mundo (Job 38.6, 7). Son seres espirituales (Heb 1.14) que pueden tomar forma corpórea, aunque no tienen cualidades físicas como los humanos. Su apariencia es masculina (Gn 18.2, 16; Mc 16.5, etc.). No pueden reproducirse ni tampoco morir (Mt 22.30; Lc 20.36). Existen en gran número (Heb 12.22; Ap 19.1). Poseen inteligencia (1 P 1.12), sensibilidad (Lc 15.10) y voluntad (Jud 6). Se les llama «santos» (Mt 25.31), «escogidos» (1 Ti 5.21) e «hijos de Dios» (Job 1.6), y se dice que están en el cielo» (Mt 18.10).
Las Escrituras hablan de ángeles que pecaron (Jud 6; 2 P 2.4). (• Demonios; Satanás.) Aquí se trata solamente de los que no han caído de su estado original. Pablo menciona «principados y potestades en los lugares celestiales» (Ef 3.10). Dos ángeles se mencionan por nombre: Gabriel (Lc 1.26) y Miguel (el arcángel, «uno de los principales príncipes», Dn 10.13, Jud 9). Se habla también de serafines (Is 6.1–3) y querubines (Gn 3.22–24).
Los ángeles alaban a Dios (Ap 4–5), cuyo rostro contemplan siempre en el • Cielo (Mt 18.10), y ejecutan su palabra (Sal 103.20). En cuanto a Cristo, se dice que fue «visto de los ángeles» (1 Ti 3.16). Predicen (Lc 1.26–33) y anuncian su nacimiento (Lc 2.13), le protegen en su infancia (Mt 2.13), le asisten en la tentación (Mt 4.11), están listos para defenderle (Mt 26.53), le confortan en Getsemaní (Lc 22.43), remueven la piedra del sepulcro (Mt 28.2), anuncian la resurrección (Mt 28.6) y la Segunda Venida (Hch 1.10, 11). Hay varios ministerios que los ángeles cumplen en relación con la experiencia delcreyente (Lc 15.10; 16.22; Hch 8.26; 12.7; 27.23, 24; 1 Ts 4.16; 1 Ti 5.21; Heb 1.14). Intervienen también en la vida de las naciones (Dn 10.21; 12.1; Ap 8; 9; 16) y de los individuos no salvos (Gn 19.13; Mt 13.39; Hch 12.23; Ap 14.6, 7).
El hombre ha sido hecho «poco menor que los ángeles» (Sal 8.5), pero al unirse con Cristo por medio de la fe es exaltado sobre ellos (Heb 1–2). Los ángeles le sirven (Heb 1.14), pero Él les excede en conocimiento espiritual respecto a la manifestación de la gracia de Dios en Cristo (1 P 1.10–12), y un día los juzgará (1 Co 6.3). La Biblia prohíbe que se rinda adoración a los ángeles (Col 2, 18; Ap 19.10; 22.8, 9)
Bibliografía:
Xabier Pikaza, «Los ángeles. Doctrina del Nuevo Testamento», en Revista Biblia y Fe, Vol. XIX, Escuela Bíblica «Fermín Caballero», España, septiembre-diciembre, 1993.
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