Sumida en el abandono una tribu en la selva venezolana de la que hace tres años el presidente Hugo Chávez decidió expulsar a misioneros norteamericanos de la zona, a los que acusaba de proselitistas y espías extranjeros para el “Imperio de EEUU”.
La tribu de los Yanomami se encuentra en el corazón de una selva al sur de Venezuela, en puerto Ayacucho, y desde hace tres años los indígenas padecen las consecuencias de la escasez de medicamentos, combustible, entre otra cosas.
Y es que en el 2005, el presidente venezolano, Hugo Chávez, decidió la expulsión de misioneros protestantes de Estados Unidos que estuvieron en esa región durante años, ofreciéndoles lecciones de la Biblia, ayudándolos a curar a los enfermos y estudiando minuciosamente su lengua.
Chávez asegura que el grupo evangélico estadounidense al que pertenecen los misioneros tiene vínculos con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de ese país y ordenó la salida de Venezuela de la misión Nuevas Tribus.
Hoy, como consecuencia de esta medida, algunos dirigentes de los Yanomami advirtieron que más de 50 indígenas murieron ante el desamparo en el que los han dejado.
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