Por este acaparamiento narcisista del poder muchos de los actuales líderes muestran exceso de confianza y están demasiado seguros de sus habilidades. Sin embargo, en la práctica la egolatría no implica mejores dotes para el liderazgo.
Los narcisistas son sujetos centrados en sí mismos, que exageran sus talentos y habilidades pero carecen de empatía hacia quienes les rodean.
Y esos atributos no sólo los empujan a convertirse en líderes, sino que también hacen que los demás los consideren aptos para estar al frente de un grupo, según revela un estudio de la Universidad de Ohio.
Sin embargo, en la práctica la egolatría no implica mejores dotes para el liderazgo. A los narcisistas les gusta el poder, son egoístas, encantadores y extrovertidos, pero no necesariamente buenos guías del grupo, aclara Amy Brunell, coautora de la investigación.
Según Brunell estudios recientes revelan que los ególatras tienden a tomar decisiones arriesgadas que pueden ser poco efectivas e incluso destructivas. Aunque añade que esto no significa que haya que echarle la culpa al exceso de narcisismo de los problemas actuales sociales y políticos.
Está segura la investigadora de que muchos de los actuales líderes han mostrado exceso de confianza y están demasiado seguros de sus habilidades, pero lo que hay detrás de los problemas políticos y económicos es mucho más complejo que las personalidades de nuestros dirigentes.
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