Un grupo de sastres ha comenzado a confeccionar los trajes sacerdotales según el relato de los libros sagrados. Serán para medio centenar de judíos ultraortodoxos, descendientes de Aarón, que confían en convertirse en sacerdotes del Tercer Templo de Jerusalén, cuya construcción es uno de los más viejos anhelos del judaísmo.
Los cincuenta destinatarios de las prendas sagradas son los ´cohanim´, casta descendiente de Aarón -sumo sacerdote en el relato de la vida de Moisés en la Torah- y responsable junto a su descendencia de los oficios en el Primer y Segundo Templo, destruidos hace 2.500 y 2.000 años, respectivamente.
Los sastres trabajan en el Instituto del Templo, ubicado cerca del Muro de las Lamentaciones; que representan los únicos restos del antiguo templo de Jerusalén, y que son un recuerdo y estímulo permanente para los judíos de que el Tercero se construirá algún día.
Por esta razón, Yehuda Glick, director de la sastrería del Instituto del Templo, afirma que hay que prepararse a fondo para realizar esta tarea, que incluye conocer bien todo el ropaje sacerdotal tal y como se hacía hace más de dos mil años, así como los instrumentos necesarios para este trabajo que está dentro de las labores más sagradas del judaísmo.
La confección de estos hábitos sacerdotales es una labor muy compleja, que se realiza siguiendo el modelo que explica la Torah (el Antiguo Testamento cristiano protestante). En este modelo, además del tipo de telas y la forma de los trajes, es importante la gama de colores que incluye además del blanco otros como el púrpura y el celeste que es una descripción en lenguaje arcaico que dificulta conocer la exacta tonalidad que les definía en su tiempo. Por ejemplo, para el rojo púrpura de los cinturones de 16 metros, se ha sabido que es preciso utilizar el llamado ´gusano carmesí´, un insecto que finalmente han podido encontrar en la actual Turquía.
La investigación ha requerido la participación de cientos de expertos en tejidos y colores alrededor del mundo, lo que no sólo no ha desanimado al equipo de trabajo, sino que ha hecho afirmar el deseo de completar estas prendas sacerdotales.
Lo mismo cabe decir de las decenas de instrumentos que se exhiben en el museo del Instituto del Templo, todas ellas realizadas con el modelo de los libros sagrados judíos, exactamente en el metal y con el diseño exigido. También para ser usados en el Tercer Templo.
EL TERCER TEMPLO
Y es que el director de la sastrería del Instituto del Templo, Glick, está convencido de que la reconstrucción del santuario de Jerusalén está muy cerca.
Tradiciones judías ortodoxas, algunas más inspiradas en la Cábala que en textos sagrados, hablan de que el Tercer Templo será una ´obra divina´, y que mientras tanto el hombre no debe hacer más que volver al camino de la fe para ganarse el favor de Dios, que después enviará a su Mesías... y con Él, el templo anhelado.
El problema humano es que hoy, en esa explanada donde estuvo el Segundo Templo y en la que esperan que se construya el Tercero se alzan las mezquitas del Domo de la Roca y de Al-Aksa, y cualquier tentativa de expropiación conduciría a un enorme conflicto religioso que traspasaría los límites de la región. Conocidas como Haram Al-Sharif -El Noble Santuario-, es para el Islam su tercer lugar más sagrado después de La Meca y Medina.
Judío ortodoxo firme en sus creencias, Glick afirma que muchos de los que creen que el Templo descenderá de los cielos, como por arte de magia o elemento cósmico, eluden el precepto bíblico de prepararse y participar en la construcción.
El pertenece a una moderna corriente ´mesianista´ identificada políticamente con la ultraderecha israelí. Estos mesianistas reivindican el ´Monte del Templo´ como un derecho histórico y político de los judíos, en particular ahora que se decide el futuro de Jerusalén en las negociaciones de paz.
Y lo que es más importante para ellos, una forma de comunicarle a Dios que ellos están preparados y esperando la señal del Mesías Redentor.
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