19 feb 2008

Uno de cada diez universitarios son adictos al cibersexo

Un estudio de la Universidad Castellón revela que los estudiantes varones dedican una cuarta parte del tiempo a ver páginas de contenido sexual. Ellas prefieren los chats.

El 8,5 por ciento de los alumnos varones de la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón reconocen ser adictos al cibersexo, mientras que sólo el 0,5 por ciento de las estudiantes mujeres ha reconocido padecer esta patología de tipo psicológico.

La adicción al cibersexo se presenta de forma desigual entre los jóvenes de diferente sexo, ya que hombres y mujeres tienen motivaciones diferentes a la hora de frecuentar páginas sexuales en internet.

Así lo ha explicado el director de la Unidad de Investigación Sobre Sexualidad y Sida de la UJI, Rafael Ballester.

Esta unidad ha realizado una investigación sobre la adicción al cibersexo, que se presentó en 2007, en la que se revela que los universitarios dedican una media de 8 horas semanales a navegar por internet, de las que 0,58 son páginas sexuales.

DOS HORAS A LA SEMANA
Ballester no sólo ha remarcado el carácter preocupante de este problema sino que esta patología afecta más a hombres que a mujeres, porque de esas 8 horas, los varones pasan cerca de dos horas (1,42 horas) en páginas con contenido sexual, y las mujeres sólo 0,05 horas.

Estas diferencias, ha explicado el profesor, aparecen en todos los porcentajes del estudio, como demuestra que del 26 por ciento de estudiantes que han buscado material sexual en internet, el 45,5 por ciento son hombres y del 13,4 por ciento son mujeres.

El estudio también revela que del 21,6 por ciento de los estudiantes que ha afirmado haberse masturbado mientras estaban navegando en Internet, este porcentaje en hombres es del 45,1 por ciento, mientras que en las mujeres es tan sólo del 5,8.

ELLOS PÁGINAS SEXUALES, ELLAS CHATS
También es diferente el tipo de páginas que frecuentan, ha asegurado en alusión a que del 11,7 por ciento de alumnos que participaron en chats sexuales, el 20,6 por ciento fueron hombres y 5,8 por ciento mujeres.

Los hombres tienden a entrar en páginas pornográficas y las mujeres, en chats de tipo erótico donde haya una comunicación o una conversación.

Ballesteros explica que es un problema, que no se reconoce realmente, y añade que esporádicamente, una persona puede entrar en una página sexual o en un chat, y no es algo "patológico", ya que el problema llega cuando esta actitud se convierte en algo compulsivo y que se echa de menos, obsesionándose con ello.

El profesor también ha indicado que es una de las adicciones que más cuesta a las personas confesar y que quienes la sufren comparten unos patrones comunes.

En concreto, entre los jóvenes, los adictos al cibersexo suelen ser hombres, personas solitarias, con baja autoestima, que tienen algún tipo de disfunción sexual, además de ser personas con una imagen corporal distorsionada y que no se gustan, y además también tienen otras adicciones.

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