A la edad media de 14 años, los adolescentes españoles se estrenan en las relaciones sexuales. A los adultos les sorprende esta precocidad porque la comparan con su propia experiencia, pero si se contrasta con la iniciación de jóvenes de países cercanos, ingleses, franceses o portugueses experimentan antes.
La concepción de la sexualidad tampoco es la misma. Ya no está rodeada de lastre religioso ni moral. Ahora es lúdica, parte del ocio. Y se asimila, sobre todo, a partir de la publicidad, la televisión, el cine, internet y la pandilla, lo que ayuda a transmitir mitos erróneos.
El testimonio de Jesús V. J. es doblemente valioso. Tiene 17 años y aspira a ser ingeniero de Telecomunicaciones. Desde los 15 transmite información sexual a otros jóvenes tras formarse como mediador en un curso del Instituto Andaluz de la Juventud. Jesús constata tendencias observadas por los expertos. Por ejemplo: el uso de la pornografía como algo típico entre la juventud. Si no hay otro modelo que lo contrarreste, el resultado es una sexualidad machista y la muerte de la sensualidad y el erotismo.
La pedagoga argentina Nora Rodríguez, es tajante al afirmar que la influencia de la pornografía es total que se demuestra en las posturas contorsionadas, en lo que importa el tamaño del pene, en la degradación del cuerpo de la mujer y en que creen que el sexo es algo rápido e impecable, penetración y genitalidad.
NO ES UNA IMPRESIÓN AISLADA
En un estudio del Ministerio de Sanidad y Consumo sobre la utilización de métodos anticonceptivos en jóvenes, se alerta sobre las desigualdades de género, en las chicas más que en los chicos, y en las clases medias altas más que en las clases medias bajas. Sin embargo, hay otros sectores sociales en los que siguen vigentes los estereotipos más tradicionales y en los que las chicas tienen menor capacidad de decidir sobre cuándo y cómo mantener las relaciones sexuales.
Pero Nora Rodríguez también descubrió nuevos hábitos sexuales: el chill-out, el bluetooth o el sexo azul. El primero consiste en dejarse llevar y no usar preservativo, aunque no es un fenómeno masivo ya que los jóvenes españoles usan anticonceptivos en mayor medida que los franceses, portugueses e ingleses. Los seguidores del chill-out serían el 10% de los chicos y el 4,3% de los chicas de 15 y 16 años que tuvieron alguna relación sexual.
La segunda práctica, el bluetooth, se mantiene con desconocidos a los que se ha contactado a través de la tecnología bluetooth. En último lugar esta el sexo azul que es el que se obtiene después de tomar Viagra, a la que recurren algunos para neutralizar el efecto del exceso de alcohol y drogas para no fallar a la pareja.
EL PESO DE LA PANDILLA
La sexualidad adolescente "se ejercita en grupo" aunque con diferencias entre unas y otros. Ellas se sienten "presionadas" y "enjuiciadas". Ellos "celebran" sus relaciones pero para casi todos: "Los chicos siempre quieren y las chicas siempre pueden".
Actualmente, la sociedad española es un mapamundi de familias reconstituidas, tradicionales, unipersonales y homosexuales. Los adolescentes no son ajenos a su entorno. Descubrir que la orientación sexual de uno no es la predominante en su entorno a una edad en la que se vive por y para el entorno puede desestabilizar a muchos adolescentes.
El 44% de las estudiantes y el 24% de los alumnos consideran que la homosexualidad es una enfermedad, según un estudio elaborado por Colegas. Unos porcentajes similares consideran que heterosexuales y homosexuales son desiguales. Y alrededor del 80% está convencido de que si alguien en su clase se declara homosexual sería "discriminado".
Los adolescentes siguen teniendo ciertas ideas fijas relacionadas con la sexualidad pero ante ellos se ha abierto un mundo mucho más explícito y sin tabúes a la hora de hablar de sexo, que si bien esto contribuye aún más a su confusión.
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