Marty Baker, pastor de la iglesia protestante de Stevens Creek, en Augusta, decidió inventar una máquina que permitiese a los miembros de su congregación realizar sus donaciones a través de su tarjeta de crédito, de forma segura y completamente informatizada. La propuesta ha causado tal sensación entre los feligreses que tres Giving Kiosks o quioscos de donaciones han conseguido una recaudación anual que alcanza los 250.000 dólares, y Baker y su mujer no han dudado en fundar SecureGive, una compañía que quiere imponer esta curiosa forma de recaudar dinero en las iglesias y centros comunitarios de todo el mundo.
Esta revolucionaria novedad permite, entre otras cosas, regularizar una cantidad fija a la semana o al mes que, por supuesto, es notificada inmediatamente al donante vía correo electrónico. Además, mediante la pantalla electrónica, los miembros de la comunidad pueden elegir a qué misión desean destinar su aportación, que varía según la iglesia.
La pregunta que muchas congregaciones se realizan es cuánto les costará modernizar sus instalaciones con estas reveladoras máquinas. Pues bien, SecureGive tiene modelos que oscilan entre los 2.000 y los 5.000 dólares. Cada dispositivo puede personalizarse con imágenes de la propia comunidad y su configuración también puede variar según la iglesia. Al precio del cajero hay que añadir una cuota mensual que incluye la licencia y mantenimiento de la máquina por unos 49,95 dólares. Además, de cada transacción que procesa la máquina, un 1,9 por ciento va destinado a la compañía que procesa la tarjeta de crédito.
De momento, alrededor de siete comunidades protestantes, la mayoría de ellas en el sur de EEUU, ya se han lanzado a instalar Giving Kiosks en sus comunidades. Baker asegura que “esta idea no tiene como objetivo recaudar más dinero, sino dar un cambio a nuestras comunidades para que evolucionen con el mundo actual”.
Por supuesto, las críticas al respecto no se han hecho esperar y hay quien afirma que Barker sólo se aprovecha de la generosidad de sus feligreses. Aún así, este pastor tan innovador no duda en defenderse y afirmar que “esto es un negocio” y mantiene que la Biblia no pone ningún problema al respecto, en especial a llegar a ser rentables. Pese a las críticas, todo parece apuntar a que esta compañía saldrá adelante y pronto podría convertirse en indispensable para todo templo, aunque sea por intercesión divina.
Via: ElEconomista
Esta revolucionaria novedad permite, entre otras cosas, regularizar una cantidad fija a la semana o al mes que, por supuesto, es notificada inmediatamente al donante vía correo electrónico. Además, mediante la pantalla electrónica, los miembros de la comunidad pueden elegir a qué misión desean destinar su aportación, que varía según la iglesia.
La pregunta que muchas congregaciones se realizan es cuánto les costará modernizar sus instalaciones con estas reveladoras máquinas. Pues bien, SecureGive tiene modelos que oscilan entre los 2.000 y los 5.000 dólares. Cada dispositivo puede personalizarse con imágenes de la propia comunidad y su configuración también puede variar según la iglesia. Al precio del cajero hay que añadir una cuota mensual que incluye la licencia y mantenimiento de la máquina por unos 49,95 dólares. Además, de cada transacción que procesa la máquina, un 1,9 por ciento va destinado a la compañía que procesa la tarjeta de crédito.
De momento, alrededor de siete comunidades protestantes, la mayoría de ellas en el sur de EEUU, ya se han lanzado a instalar Giving Kiosks en sus comunidades. Baker asegura que “esta idea no tiene como objetivo recaudar más dinero, sino dar un cambio a nuestras comunidades para que evolucionen con el mundo actual”.
Por supuesto, las críticas al respecto no se han hecho esperar y hay quien afirma que Barker sólo se aprovecha de la generosidad de sus feligreses. Aún así, este pastor tan innovador no duda en defenderse y afirmar que “esto es un negocio” y mantiene que la Biblia no pone ningún problema al respecto, en especial a llegar a ser rentables. Pese a las críticas, todo parece apuntar a que esta compañía saldrá adelante y pronto podría convertirse en indispensable para todo templo, aunque sea por intercesión divina.
Via: ElEconomista
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