Queridos hermanos:
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión de su Espíritu Santo estén con todos ustedes en cada una de sus vidas.
Podría dar muchos testimonios y no pararía de hablar en todo un día, pero el testimonio más grande que tengo es el de haber sido rescatada por el Señor de una situación muy difícil y que me afectó emocionalmente por mucho tiempo. A continuación, voy a relatar de manera breve mi testimonio.
Mi nombre es Yanira Ruth Noriega Medina, soy Colombiana, pero vivo en Panamá desde hace seis años. Cuando vine a este país llegué casada y con el corazón lleno de ilusiones. Mi esposo es en la actualidad inversionista extranjero. Entre los quehaceres de la casa y mi hijo de cuatro años en ese momento, no tenía tiempo de trabajar, ni tampoco conocía a nadie...
Un buen día, el 11 de septiembre del 2001, me di cuenta por una llamada telefónica, que mi esposo me era infiel. Desde ese día, mi mundo se derrumbó, pero yo tenía fe que el Señor estaba conmigo; estuve en el valle de la sombra y de la muerte por cinco años, hasta que finalmente, el 12 de julio del 2006, tomé la decisión de dejar a mi esposo y mudarme sola con mi hijo. Dios ha sido fiel y me ha sostenido hasta el día de hoy; puedo testificar que el Señor es mi proveedor y fiel amigo.
Dios puso muchos ángeles a mi alrededor.....
Si tú mujer, has pasado por una situación similar a la mía, o estás pasando por la misma, quiero decirte que Dios es la mejor fortaleza que existe, cuando yo pensaba que todo se me derrumbaba, yo vi su mano y no es fácil luchar con un esposo abusivo, adicto a las drogas e infiel. Dios es bueno y su misericordia es para siempre; pese a que estamos en planos de divorcio, nuestra relación es buena y tengo la seguridad de que su gracia algún día lo alcanzará.
Actualmente tengo carga de oración por las mujeres que han sufrido lo que yo pasé y si tú eres una de ellas, déjame decirte que Dios es poderoso para hacer un milagro en tu vida hoy.
Escribe tus peticiones a la siguiente en la sección de comentarios de este post, estaré orando por ti.
¡Bendiciones!
Yanira.
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