Estados Unidos, China y ahora Australia están a la cabeza de ese nuevo orden moral que busca desterrar los contenidos para adultos de la red.
No importa la ideología política. Políticos y lobbys de derechas e izquierdas han emprendido una cruzada para desterrar la pornografía de la red.
Utilizando como excusa la posibilidad de que menores puedan acceder a contenidos inapropiados para su edad lobbys presionan a los gobernantes y a la justicia para que actúen y cierren paginas que muestran desde desnudos a contenidos pornográficos.
En Australia acaban de aprobar un plan que contará con 162 millones de dólares para desarrollar sistemas de filtrado de contenidos destinado a las familias, escuelas e instituciones públicas.
Los impulsores del plan afirman que este pondrá fin a los predadores sexuales que habitan en chats, foros y redes sociales, pero este va mucho más allá: La administración podrá cerrar sitios de contenidos adultos, violentos o de grupos terroristas a los que tienen acceso los adultos ejerciendo su derecho a la libertad de decisión.
Como ejemplo de que este nuevo proyecto forma parte de un nuevo “orden moral”, fue presentado públicamente en la mayor iglesia del país y retransmitido por videoconferencia por Internet.
Los defensores de este nuevo plan para erradicar la pornografía no explican pero “cual es el limite aceptable” y cual será la tabla para medir que es pornografía, erotismo o simplemente contenido inapropiado.
Y no es una pregunta cualquiera.
Recientemente dos prestigiosos diarios estadounidenses, el NYT y el Washington Post han salido al paso de una campaña impulsada por la derecha cristiana (que cuenta con el respaldo de la Administración Bush) y que pretende cerrar 65.000 sitios online.
En el blanco de las criticas de esos medios se encontraba la organización Morality in Media (MIM-Moralidad en los Medios) que puso en marcha una web donde se recogen quejas sobre sitios web o portales que mostraran contenidos para adultos.
Esta organización desea cerrar todos aquellos lugares que muestren contenido inapropiado a sus visitantes “ya que no pueden atestiguar que quien se encuentra al otro lado de la pantalla es un menor”.
Pero, sus objetivos van mucho más allá. No se trata solo que los menores puedan ver o acceder a los sitios sino que también están en contra de que los adultos puedan hacerlo. Y es que esa organización defiende que “Ver pornografía provoca adicción sexual, ruptura de matrimonios y la debacle moral de la sociedad”.
Robert Peters, el presidente de esta asociación, afirma luchar por preservar una sociedad decente” aseverando que defender el derecho de los adultos a elegir que contenidos quiere ver no es “una defensa legitima para una acusación de obscenidad” sobre lo que se muestra en la pantalla.
Aunque esta organización no ha conseguido imponer sus criterios frente a la administración, por el momento, es la cara más radical de ese nuevo orden moral que desde los EEUU va extendiéndose por todo el mundo y que en Internet ya ha conseguido sus primeras victorias.
Y sino que se lo pregunten a aquellos sitios web que han recibido presiones desde anunciantes estadounidenses para eliminar de sus paginas fotos “no aptas” o inapropiadas, aunque en su país esas imágenes se emitan sin ningún tipo de problemas en horas de máxima audiencia televisiva.
Fuente: noticiasdot.com
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