16 jul 2007

La Bendición de Saludar

El Saludo es de gran valor para los nosotros los cristianos porque dependiendo de cómo lo expresemos será entendido como un gesto de cercanía a nuestro Señor, de proximidad al prójimo, de relaciones profesionales o un mero gesto de cortesía y de buenas costumbres. Su ausencia, demuestra un posible enfado o irritación.

Que el apuro o afán de llegar a un puesto para no perderte el culto no sea excusa para no saludar a tu hermano. Como puede ser que una persona llegue a la Iglesia a "saludar" al Señor pero no es capaz de saludar a su hermano?. El saludo denota cortesía y buenos modales, su ausencia, enemistad falta de educación u hostilidad hacia las personas.

Las formas en las que se puede realizar el saludo son múltiples: una mirada, una leve inclinación de la cabeza, unas palabras, estrechar las manos, besarse, etcétera. Siempre que nos saludan se debe corresponder a éste, como señal de cortesía. Rechazar el saludo es considerado como falta de educación o síntoma de un gran enfado.

Saludad a todos los hermanos con un beso santo. —1 Tesalonicenses 5.26

El beso es el saludo cristiano por excelencia. El beso establece una cierta intimidad familiar, como sucede también cuando comemos juntos, intimidad que es propia de hermanos y hermanas hijos de un mismo Padre Dios.

El saludar a tu hermano o a cualquier persona es muestra de que el Señor esta con nosotros, debemos siempre demostrar su gloria hacia los otros y la mejor forma es saludar y bendecir a los demás. Aunque una persona no sea digna de saludos o bendición debemos saludarla, pues la bendición no recibida se nos regresará a nosotros.

Que tu corazón no tenga cabida para el enfado, irritación u hostilidad hacia un hermano, pues si tienes algún conflicto con tu hermano debes arréglalo y limpiar tu corazón de lo contrario las oraciones no llegarán al Señor.

Hay que demostrar que el amor de Cristo esta por encima de todas las cosas, así que cuando llegues a cualquier lugar, saluda y bendice pues somos portadores de las buenas nuevas del Señor y para un Hijo de Dios el amar a su prójimo es el segundo mandamiento más importante que hay que seguir.

Que el Señor me los siga Bendiciendo.

Luis A. Salazar M.

No hay comentarios: