2 sept 2008

Entre el coqueteo y la infidelidad

Infidelidades eran las de antes. La gente cometía o no cometía adulterio, que era pecado mortal y generaba culpa, remordimiento, confesiones, penitencias y divorcios.

Con el internet las cosas se han complicado y hoy asistimos a lo que se está llamando la "infidelidad emocional".

Por ejemplo, enviar un mensaje a una compañera o compañero de trabajo elogiando su vestuario, corte de pelo o preguntándole por qué tenía esa sonrisa tan deliciosa esta mañana.

Usted me dirá que esto es comunicación inocente con otro ser humano al que vemos todos los días y no tiene nada que ver con ningún tipo de infidelidad.

Y muy probablemente tenga razón. Pero, yo pregunto, ¿le ocultaría ese correo electrónico a su pareja? ¿Le molestaría saber que su pareja envía un correo electrónico similar a otra persona?

Si la respuesta a ambas preguntas es sí, usted ha ingresado en lo que los especialistas llaman la infidelidad emocional.

Esto por varias razones. Entre el simple flirteo y la infidelidad existe la misma relación que entre el noviazgo y la boda: uno lleva al otro, aunque no necesariamente.

Es decir, usted puede flirtear y no pasa nada. Pero el juego tiene sus riesgos porque puede ser muy divertido y convertirse en un hábito emocionalmente más necesario que la sonrisa de su esposa o marido.

Apoyo electrónico

Todo acelerado por un segundo factor: el mundo del correo electrónico.

Protegida por el relativo anonimato de una pantalla, gente que apenas se conoce envía mensajes con claras alusiones sexuales que tardarían semanas o meses en expresarse en la comunicación cara a cara.

En todo caso los especialistas proponen un test de seis preguntas para ver si usted es emocionalmente infiel:


En vez de compartir sus sentimientos con su pareja, ¿se los confiesa a su amigo/a?
¿Comenta los problemas que tiene en su matrimonio a su amigo/a?

¿Le es más fácil conversar con su amigo/a que con su pareja?

¿No quiere contarle a su pareja todo sobre su amistad con esa persona?

¿Le resultaría incomodo que su pareja leyera los emails/mensajes de texto con su amigo/a o que lo/la viera interactuar con él/ella?

¿Alguna vez ha pensado en su amigo en momentos íntimos con su pareja o ha perdido interés en las relaciones sexuales con su pareja debido a él/ella?


Anótese un punto por cada "sí" en las primeras tres preguntas; dos puntos por cada "sí" en las siguientes tres.

Si el resultado es 3 o menos, son "sólo amigos"; si es 4-5 es posible que sean más que amigos; si es 6-9 se trata de un affaire emocional.

En resumen, si usted prefiere la comunicación electrónica para discutir sus problemas matrimoniales, personales, profesionales y emocionales a la conversación en casa con su pareja está al borde del affaire emocional.

La cosa se torna definitivamente en un adulterio de este tipo, claro, sin sexo, si usted tiene fantasías o jamás mostraría a su pareja u otra persona, los mensajes electrónicos en cuestión.

Complicada la vida moderna, ¿no es cierto?

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